Por: Dayana Marcela Salgado, aprendiz del curso Tecnólogo en Contabilidad y Finanzas
Diariamente es normal escuchar en los medios de comunicación de diversa índole y en la ciudadanía hablar de temas sobre sexualidad y de la realización de campañas educativas por parte de instituciones de carácter social con la intención de acabar o de solucionar de una forma u otra la problemática sexual en la juventud colombiana ¿pero en realidad ha funcionado esto?
¡La verdad no! mirándolo desde una perspectiva juvenil una opinión que proviene de las personas en las que se enfoca este problema, las campañas orientadas a la sexualidad han sido un fracaso pero no total.
Como todo ha traído cosas positivas entre las cuales podemos citar que sus mensajes han llegado a un porcentaje minoritario de personas pero ha sido efectivo por que ellas tienen metas fijas y emplean en su vida todos aquellos conocimientos que adquirieron en un proceso de aprendizaje como este a través de charlas, videoconferencias, visitas a los colegios con psicólogas, y material real de prevención de enfermedades.
Por decirlo de una forma lamentablemente han fracasado pues no han logrado los objetivos totales para los que fueron creadas; el promedio de adolescentes que se han visto obligadas a desertar de las instituciones educativas debido a embarazos no deseados va en incremento en el territorio nacional, además de que se ve en la sociedad diaria se evidencia en las noticias; según estudios hechos recientemente de cada 10 niñas entre los 13 y 17 años, 7 se encuentran en estado prenatal ¿entonces de que sirven tantas campañas? ¿Qué hacer?
Son las preguntas que diariamente se realizan los padres al ver a sus hijos hundidos en lo que muy pronto se denominara una revolución sexual.
Otro error, resultado de la negación de las campañas radican en el inicio a edades cada vez más tempranas de relaciones sexuales en su orden esto trae como consecuencia la adquisición y transmisión de enfermedades venéreas, la desintegración familiar, y el abandono de la escuela; esto resulta de la ignorancia que invade a la adolescencia o por el contrario del conocimiento previo y de la mala aplicación del mismo, tampoco podemos culpar a las pobres campañas educativas.
Diariamente es normal escuchar en los medios de comunicación de diversa índole y en la ciudadanía hablar de temas sobre sexualidad y de la realización de campañas educativas por parte de instituciones de carácter social con la intención de acabar o de solucionar de una forma u otra la problemática sexual en la juventud colombiana ¿pero en realidad ha funcionado esto?
¡La verdad no! mirándolo desde una perspectiva juvenil una opinión que proviene de las personas en las que se enfoca este problema, las campañas orientadas a la sexualidad han sido un fracaso pero no total.
Como todo ha traído cosas positivas entre las cuales podemos citar que sus mensajes han llegado a un porcentaje minoritario de personas pero ha sido efectivo por que ellas tienen metas fijas y emplean en su vida todos aquellos conocimientos que adquirieron en un proceso de aprendizaje como este a través de charlas, videoconferencias, visitas a los colegios con psicólogas, y material real de prevención de enfermedades.
Por decirlo de una forma lamentablemente han fracasado pues no han logrado los objetivos totales para los que fueron creadas; el promedio de adolescentes que se han visto obligadas a desertar de las instituciones educativas debido a embarazos no deseados va en incremento en el territorio nacional, además de que se ve en la sociedad diaria se evidencia en las noticias; según estudios hechos recientemente de cada 10 niñas entre los 13 y 17 años, 7 se encuentran en estado prenatal ¿entonces de que sirven tantas campañas? ¿Qué hacer?
Son las preguntas que diariamente se realizan los padres al ver a sus hijos hundidos en lo que muy pronto se denominara una revolución sexual.
Otro error, resultado de la negación de las campañas radican en el inicio a edades cada vez más tempranas de relaciones sexuales en su orden esto trae como consecuencia la adquisición y transmisión de enfermedades venéreas, la desintegración familiar, y el abandono de la escuela; esto resulta de la ignorancia que invade a la adolescencia o por el contrario del conocimiento previo y de la mala aplicación del mismo, tampoco podemos culpar a las pobres campañas educativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario