El Rafael que todos
deberíamos ser
Rafael
se levanta todos días a las 3:00 am, a veces desayuna otras veces no. Se pone su uniforme y emprende la primera
caminata del día. Recorre más de 5 kilómetros
para llegar a la Sede Industrial.
Rafael
es uno de los pocos miembros de su comunidad que ha podido estudiar. Tal vez por ignorancia o por necesidad,
muchas familias indígenas no dejan que sus hijos se eduquen porqué les sirve
más, que se queden en sus rancherías trabajando. Este no es el caso del joven wayuu, quien
contra viento y marea está determinado a marcar la diferencia.
Desde
pequeño, ni el mismo se explica cómo aprendió a tocar la guitarra. Cuenta que con nailon y un pedazo de madera
se ideo la manera de generar sonidos, no sólo eso, también compone canciones y
canta, todo esto sin ningún tipo de formación musical. “Y es que ustedes no me lo creen, yo he compuesto alrededor de 500
canciones”, le cuenta al auditorio con una sinceridad que suena graciosa.
Lo
más inexplicable es cómo un niño que sin estar matriculado en el colegio, haya
aprendido a leer y escribir. Rafael
cuenta que él seguía a los otros niños hasta una pequeña escuela y recibía las
clases a través de la ventana. Luego de
un año, la docente al ver la persistencia y el deseo de estudiar, lo inscribió
y ahí comenzó su proceso formativo.
Hoy
Rafael Deluque hace parte del SENA, estudia Técnico en Construcción y es uno de los mejores de su curso. Su disciplina y talento, hace lo
inexplicable, explicable. Según él es fácil, todo consiste en repetir un
procedimiento que a diario hacemos, “Yo
copio del libro o del tablero y lo pego en mi cabeza, así no más, esa es la
clave, por eso yo no estudio y paso las evaluaciones”, cuenta el aprendiz.
Con
un corto relato Rafael, conmovió a aprendices y funcionarios durante la
celebración del Día del Idioma realizada en la Sede Comercio y Servicios del
Centro Industrial y de Energías Alternativas.
Su historia de vida hace reflexión sobre los obstáculos, y los
propósitos. “Me di cuenta que el
principal obstáculo es uno mismo y que todo lo que uno se propone se puede
lograr”, dice este músico que sueña con convertirse en un gran arquitecto y
grabar un disco con sus canciones.
Rafael
hace parte del grupo de Música de Bienestar y Fomento al Aprendiz dirigido por
el profesor Javier Mendez, quien le da la formación musical que siempre soñó
tener y a su vez emprendió la tarea de recogerlo todos los días a las 4:30 para
que este prodigio wayuu de la música, no llegue tan cansado a clase.
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